El pasado Martes día 11 dedicamos gran parte de la clase hablando sobre las aulas de convivencia y el papel que tienen en la educación actual. Si bien estas deberían ser un espacio de reflexión para el alumno o alumna que no tiene un comportamiento adecuado en el aula, junto al profesorado y sus
compañeros y compañeras, como se vio en clase gracias a la experiencia de algunos compañeros, la realidad es totalmente contraria.
En muchos casos, las aulas de convivencia son aulas como otra cualquiera en las que los alumnos que han cometido alguna falta pasan el tiempo sin hacer nada, lo que no es para nada beneficioso para su conducta.
En nuestra opinión, esas aulas deberían estar atendidas por un orientador o pedagogo que ayudara a los alumnos sancionados a darse cuenta de lo equivocado de su comportamiento usando herramientas como el debate, medios audiovisuales o lecturas. El objetivo sería que con la ayuda del orientador los infractores mejoren su conducta en clase.
También creemos que una buena forma de que los alumnos comprendan su error sería fomentar la participación de los alumnos sancionados en el aula para que entre ellos se ayuden a identificar sus comportamientos inadecuados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario