Las sanciones que pueden imponer la Comisión de Convivencia van desde simple amonestaciones verbales hasta la expulsión definitiva del centro educativo, pasando por la permanencia en el centro fuera del horario escolar o la expulsión durante seis días lectivos de una clase en concreto entre otras.
Pero realmente, ¿estas sanciones ayudan al alumno infractor a corregir su conducta o solo sirven para que el alumno pierda tiempo dentro de las aulas? Como algún compañero comentó en clase, su experiencia con castigos leves como la expulsión al pasillo o el patio no le sirvieron en absoluto para mejorar su conducta ni tomar consciencia de su error.
Por esto creemos que las sanciones entendidas como un castigo sin ningún elemento reeducador no tienen ningún impacto sobre la mejora de la conducta del estudiante. En estos casos, en nuestra opinión sería más importante la concienciación de los padres para que se impliquen en cambiar la conducta de su hijo (con la ayuda del centro) que la expulsión del centro o de las clases.
A nuestro entender, sería mejor para el alumno sancionado la estancia en clases especialmente pensadas para reeducar su conducta que la simple estancia en casa sin ningún componente reeducador por parte del centro.
Asimismo, pensamos que es preferible aplicar una sanción más leve con una carga reeducativa mayor a una sanción más estricta sin este factor educador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario